Pérdida del suelo
Todos los seres vivos dependemos directa
o indirectamente del suelo para el desarrollo de la vida, es la base para el
sustento de los ecosistemas, la agricultura y la ganadería, con las que
obtenemos alimentos, almacén de agua, minerales y carbono.
Deficinición:
La pérdida de suelo fértil
ocurre de manera natural debido a la erosión del suelo por agentes como el agua
y el viento. La erosión del suelo reduce su fertilidad porque provoca la
pérdida de minerales y materia orgánica de la capa más superficial del mismo,
esto ocurre especialmente en terrenos secos y sin vegetación.
Causas:
Causas inmediatas de la
desertificación.
- Degradación de los suelos
por erosión, con los mayores problemas en
los cultivos leñosos en pendiente con las tasas más importantes, y los suelos
de las campiñas del Guadalquivir pese a presentar tasas menores pero de gran
relevancia superficial.
- Degradación de los suelos
por contaminación principalmente de nitratos y por salinización debida a un
manejo inadecuado del riego o la mala calidad del agua.
- Sobreexplotación de
acuíferos y contaminación por actividades agrarias, industriales y urbanas y
por intrusión marina en los acuíferos del litoral.
- Variación en los límites de
la distribución de las especies debida al cambio climático.
La lluvia tiene efecto a
través del impacto de las gotas de lluvia sobre la superficie del suelo, y por
el propio humedecimiento del suelo, que provocan desagregación de las
partículas primarias; provoca también transporte de partículas por aspersión y
proporciona energía al agua de la escorrentía superficial.
El suelo agrícola es
especialmente frágil en este sentido, ya que sufre altas tasas de erosión por
el acondicionamiento a que está sometido (uso de maquinaria pesada, desbroce, monocultivo
), y en general, prácticas inadecuadas.. Debido a que para realizar las
actividades agrícolas es necesario preparar cierto terreno para dichas
actividades. Lo que provoca una exposición y compactación,
es decir, el suelo queda desnudo ante los agentes físicos que provocan
naturalmente los fenómenos de erosión siendo incapaz de retener agua en su
matriz. De esta forma, una tercera parte de los suelos agrícolas a lo largo de
todo el planeta han dejado de ser aptos para la agricultura.
A todo ello habría que sumar las
ingentes cantidades de fertilizantes y pesticidas que degradan
considerablemente las propiedades del suelo contaminándolo, y la salinización
del mismo a causa de los cultivos de regadío, por la gran cantidad de sales
disueltas en las aguas usadas a para tal fin.
Otro gran obstáculo para la conservación del suelo es la
práctica de la ganadería intensiva o sobre pastoreo, cuando se explota un
territorio con excesivas cabezas de ganado no existe periodo de recuperación
para el sustrato, con lo cual de manera similar al caso anterior queda expuesto
a fenómenos de erosión compactación y consecuente pérdida.
La consecuencia final de todo lo
anterior es la desertificación proceso por el cual terrenos donde antes
existían suelos fértiles se convierten, con el paso del tiempo y por causas
antropogénicos, en terrenos estériles, desérticos o semi desérticos.
Por otro lado también contribuyen en
gran medida, no a la degradación, sino directamente a la destrucción del suelo,
la urbanización y asfaltado del terreno, cada día presenciamos el surgimiento
de urbanizaciones que, aparte de consumir grandes recursos, ocupan grandes
extensiones de territorio. La actividad minera y extractora en general,
acaba con el suelo literalmente de raíz, además de la contaminación pertinente.
Consecuencias:
Consecuencias de la
desertificación.
- Disminución de las
posibilidades de sostenibilidad del modelo productivo debido al deterioro de
los recursos naturales, considerados bien
como factores de producción, bien como conformadores del medio.
- Pérdida de productividad de
los suelos fruto de la degradación de sus propiedades físicas y químicas.
- Pérdida de biodiversidad,
tanto residente en el propio suelo, como dependiente de éste con motivo de la
reducción de los hábitats.
- Pérdida de vida útil en los
embalses como resultado de la mayor emisión de sedimentos.
- Degradación de humedales de
gran importancia para la conservación de la diversidad y la regulación del
flujo hídrico.
- Alteraciones micro
climáticas por los cambios de la vegetación.
Los factores que causan la
reducción de la productividad debido a la erosión del suelo en dos grupos
principales:
- Disminución
de los contenidos de materia orgánica y de nutrientes, y
- Degradación
de la estructura del suelo y disminución de la capacidad de retención de
agua.
El aspecto de pérdidas de nutrientes y de
materia orgánica debe ser considerado con especial atención en el caso de los
agricultores de escasos recursos que no están en condiciones de realizar la
reposición de nutrientes perdidos para mantener el nivel de fertilidad del
suelo. En estos casos los rastrojos inadecuados de los cultivos obtenidos en
los suelos erosionados contribuyen poco a la cobertura del suelo y a su
protección contra la erosión; entonces, la disminución de los contenidos de
materia orgánica y de nutrientes se vuelve acelerada.
La erosión afecta la
capacidad de retención de agua por las alteraciones en el contenido de materia
orgánica y en el porcentaje de partículas menores (arcilla) del suelo. La
disminución del contenido de materia orgánica también provoca alteraciones en
la densidad del suelo.
La pérdida del suelo está originada
por causas socioeconómicas, con lo cual es urgente un proceso de información y
concienciación a la población, para poder dar solución a este problema que nos afecta directamente.
Para una lucha eficaz frente al problema de la desertificación se hace imprescindible desarrollar acciones de prevención y de recuperación. Para la prevención se requiere planificar un adecuado manejo del recurso suelo, conservar los bosques, evitar el sobrepastoreo, utilizar métodos adecuados de irrigación, mejorar los pronósticos de sequía a largo plazo y combatir la pobreza rural. Para la recuperación de áreas ya degradadas es necesario reforestar, mejorar el uso del agua y fijar medanos.
Técnicamente, las áreas afectadas por la desertificación pueden ser "restauradas" cuando se recupera el ecosistema a través del abandono del mismo, lo que reduce la presión de uso de los recursos y posibilita la recuperación de los componentes originales del ecosistema, logrando una restauración de éste y de su capacidad de sostenimiento, "rehabilitadas" cuando se recupera el ecosistema original a través de un mejor manejo, lo que produce un cambio permanente o "habilitadas" cuando se recupera el ecosistema por medio del agregado de elementos ajenos a él, tales como especies vegetales exóticas, construyendo un ecosistema distinto del original pero que puede ser manejado en forma sustentable.
En todo caso resulta imprescindible realizar las siguientes acciones, tanto para la prevención en áreas susceptibles como para la recuperación en áreas degradadas:
• Mejorar las condiciones sociales, culturales y económicas.
• Prevenir el avance de la erosión y el deterioro de la vegetación.
• Planificar el uso del suelo
• Realizar actividades agrícolas con técnicas de labranza conservacionistas
• Utilizar sistemas de riego que eviten los peligros de sedimentación y salinización.
• Desarrollar variedades de vegetales resistentes a la sequía.
• Mejorar los pronósticos de sequía a largo plazo y sistemas de alerta temprana.
• Conservar los bosques nativos.
• Reforestar